jueves, 26 de febrero de 2015

Scalextric.

Ya instalado en mi nueva casa en régimen de alquiler (durante 6 meses) Revisando lo poco que he podido traer conmigo, me han entrado unas enormes ganas de añorar, sí, de recordar todo aquello que he ido vendiendo a lo largo de mi última etapa en este mundo -digamos diez años- y que en estos momentos al verme rodeado de tan pocas cosas, atropellan mi cabeza como si de un bombardeo de recuerdos se tratase.
Comienzo con algo que en parte, aún conservo, pero que en breve, lo que queda se largará de mi vida. Se trata de una serie de piezas de Scalextric (que siendo sincero, llevan poco a mi lado) Recuerdo cuando pude ver este juguete, eso sí, en manos de otros, la sensación de entusiasmo que me embargó. Es un juego que en realidad, tampoco es que me llenara del todo -más si pensamos en los precios y los tiempos que corrian- tuve la ocasión de jugar alguna vez con algún amigo, pero en realidad, lo que me ilusionaba de veras eran los Exin, los tebeos, los cromos, los Montaplex y los indios, me temo que estoy haciendo la jugada de la fábula de la zorra y las uvas de Samaniego.






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